Descripción
En 1990 el fundador de Wilock® se compró una Suzuki GSX-R750 que no llegó a disfrutar más de 3 semanas “gracias” a los amigos de lo ajeno. Se propuso a sí mismo que sería la última vez que sufriría la experiencia de llegar al garaje y no ver su moto.Gracias a su habilidad con herramientas profesionales, pudo desarrollar el primer prototipo de antirrobo Wilock® en la terraza de su casa para su segunda moto. Pocos meses más tarde surgieron sus primeros clientes no planeados: todos los vecinos. Después de instalar un antirrobo tan seguro y que no existía en el mercado, las motos de los vecinos quedaban muy expuestas.